Ecografía veterinaria

El uso veterinario de la ecografía

La ecografía es una herramienta de diagnóstico cada vez más utilizada en medicina veterinaria. Se basa en la produción de unas ondas a partir de los cristales piezoeléctricos que se encuentran dentro de la sonda del ecógrafo. Aquí es donde se convierten las señales eléctricas en ondas acústicas. Estas ondas son las que van a atravesar los tejidos y éstos responden emitiendo una señal acústica que es transformada por los cristales en señal eléctrica. ésta, una vez analizada por el ecógrafo se traducirá en una imagen en la pantalla del tejido en cuestión.

El ultrasonido es un método inocuo que no requiere de mayores preparaciones, sólo preocuparse de que la mascota tenga un ayuno mínimo de ocho horas y que haya tomado la mayor cantidad de líquido posible sin orinar, lo que nos permitirá ver mejor los órganos. Es necesario rasurar el abdomen para aplicar el gel que ayuda a que los ecos se transmitan mejor y así obtener imágenes más nítidas. No siempre aporta el diagnóstico definitivo, a veces es necesario realizar pruebas complementarias, biopsias etc, pero nos da una infromación sobre todos y cada uno de los órganos que se encuentran en el abdomen.

Hoy en día es una prueba que se hace de forma rutinaria sobre todo en los chequeos gerátricos, la próstata y el corazón suelen ser lugares frecuentes de asentamiento de patologías en edades avanzadas. Al igual como ocurre con las personas, la ecografía de uso veterinario también se está utilizando para diagnósticar si una hembra está gestante. Podemos saber de una manera aproximada la fecha del parto cuando el dueño desconoce cuando ha tenido lugar la monta y hacer un seguimiento de la viabilidad de los fetos así como de la gestación hasta que ésta llegue a término.

Durante muchos años la principal herramienta diagnóstica en oftalmología veterinaria fue la oftalmoscopia. Ahora también se puede hacer una ecografía a un ojo. La sonda contacta directamente con el globo ocular a través de la córnea o esclera, permitiéndonos detectar patologías presentes en el globo ocular.

Otra de las aplicaciones de la ecografía es el estudio de las patologías cardiacas. Además de poder diagnosticar definitivamente una cardiopatía, se puede determinar el estadío en el que se encuentra así como ver la evolución. En la mayor parte de los casos el resto de pruebas solo aportan inicios. Son muchos años diagnosticando patologías cardiacas acertadamente sin necesidad de esta prueba; pero, a ciencia cierta, el ECG y la radiografia aportan información sobre el tamaño de las cavidades cardíacas, la función pulmonar o el ritmo, pero no informan sobre cual es el funcionamiento de las válvulas aurículo-ventriculares o la capacidad de contracción. Toda esta información es fundamental para emitir un correcto diagnóstico, valorar su pronóstico y decidir la terapia más adecuada. Además podemos conservar estos datos para compararlos con otra ecocardio de revisión y valorar la respuesta a la terapia que hemos instaurado, asegurandonos de que el tratamiento impuesto está siendo efectivo.

Con el paso del tiempo nuestras mascotas se benefician de los avances en medicina veterinaria. La ecografía veterinaria es un método diagnóstico complementario que puede estar al alcance de cualquier bolsillo.